Philipp Halsman y la fotografía «jumpology»

Cuando se hagan una foto saltando piensen en Philipp Halsman, el fotógrafo que convirtió el salto en fotografía. El tipo que realizó más de 100 fotografías para la revista Time. El mismo que fue acusado de parricidio cuando aún no había hecho saltar a nadie ante su objetivo. El amigo de Albert Einstein. El paciente de Sigmund Freud. El fotografo de Marilyn Monroe, Richard Nixon, Peter Ustinov y cientos más.

¿Se acuerdan cuando estuvieron en ese sitio tan bonito y le dijo a su acompañante: «¡Hazme una foto saltando!»? ¿Lo recuerdan? Seguro que sí. Seguro que tienen alguna que otra fotografía saltando en algún monumento, en algún lugar rebonico o especial. Y seguro que lo han repetido varias veces por que, como sabrán, no es fácil pillar un salto y que además salgamos con buena cara. Ahora que han recordado, piensen en Philipp Halsman, el fotógrafo que convirtió el salto en fotografía. El tipo que realizó más de 100 fotografías para la revista Time. El mismo que fue acusado de parricidio cuando aún no había hecho saltar a nadie ante su objetivo. El amigo de Albert Einstein. El paciente de Sigmund Freud. Sí. Ese. 

Hasta hace apenas unos días no tenía ni idea de la existencia de Philipp Halsman. Había visto sus fotografías pero desconocía su nombre y, por tanto, su historia. Luego, llegué hasta una foto de Dalí, llamada «Dalí Atómico» y de ahí, en lógico proceso, pasé a la Wikipedia.

Después, todo fueron páginas sobre la vida y la obra de un señor cuyos años de existencia, vistos desde el nuevo siglo parecen no solo rocambolescos sino, al menos, inquietantemente novelescos.

Dalí Atómico Halsman

Halsman, acusado y liberado

Philipp Halsman nació en Letonia. Lo hizo allá por 1906, pocos años antes de que los Nazis convirtieran el mundo en un frenesí de estupidez y asesinatos. Esa circunstancia, la de la estupidez, debió ser la culpable de que allá por 1928 fuera condenado por lo que, ahora, parece un crimen que no cometió.

El resumen, básico, de lo que fue conocido como el Caso Dreyfus Austriaco es el siguiente: Halsman hijo se va con Halsman padre y el resto de la familia a Austria de vacaciones. El padre, en mitad de una excursión, resulta muerto por una pedrada en la cabeza. Cuando lo encuentran, su cartera no aparece.

Aunque se habían producido varios robos con asesinato de forma similar por el lugar, en la zona se empeñan en acusar a Halsman de matar a su padre. Todo, al parecer, por una mezcla de complejo de Edipo y antisemitismo local. Le condenan. Sigmund Freud dice que de Edipo nada. Intelectuales y personalidades como Albert Einstein, Thomas Mann o Eleanor Roosevelt comienzan a presionar al gobierno austriaco para que revise el juicio. Al final, sale exiliado hacia París gracias a la presión y la suerte.

Halsman, la fotografía y el salto

Desde ese momento, Halsman comenzará una nueva vida en la que se convertirá en uno de los fotógrafos más importantes del mundo. Con un punto de vista original, Halsman crea hacia 1950 la moda del salto. Decide, piensa y asume que «cuando le pides a una persona que salte, su atención se centra en el acto de saltar y, entonces, la máscara se cae, dejando que la persona real aparezca».

Ese pequeño pensamiento, en una época aún encorsetada en miles de parámetros de moral nos deja ver algunas de las fotografías más originales de aquellos años. Fotografías en las que podemos ver algo que hoy nos parece, por triste que parezca, inconcebible.

Vemos saltar al Duque de Windsor con Wallis Simpson. Vemos saltar a Nixon. A Marilyn. A Dali. Los vemos saltar en un acto que en aquellos años daba espontaneidad a la vida y a la fotografía. Un acto que, visto desde nuestros días, dónde hasta la espontaneidad y el salto son prefabricados, parece tan arriesgado y profundo como divertido y liberador.

In Voluptas Mors

Mientras hacía que todos saltaran, Halsmann continúo creando retratos únicos y poderosos o extraños juegos de ingenio, como la «entrevista fotografiada» al cómico francés Fernandel: Halsman preguntaba y, como el tal Fernandel no hablaba inglés, la respuesta no era otra que la fotografía de su gesto. Una nueva forma de desnudar el interior. De decir sin abrir la boca. De retratar ese segundo en el que tu cara cuenta lo que no dicen tus palabras.

Otro de esos «juegos» quedó inmortalizado en la extraña y rentable colaboración que Halsman tuvo con Dalí. Juntos crearon fotografías como el mencionado «Dalí Atómico» o la «In Voluptas Mors«, en la que podemos ver una sugerente calavera formada por los cuerpos desnudos de varias mujeres y que, con los años, terminaría por aparecer en el cartel de «El Silencio de los Corderos». Concretamente en el lomo de la avispa que tapa la boca de Jodie Foster.

Una vida completa, a saltos de talento y fotografía en la que encontramos originalidad y buen gusto. Arte y política. Supervivientes y vencedores. Fotógrafos al fin y fotografiados al cabo.

De postre, unas cuantas de las fotos de Halsman y sus saltos, recopiladas en un album llamado «Jumpology».

Halsman-Duques-Windsor

Halsman-Marilyn-Monroe

Halsman-Groucho-Marx

Halsman-Richard-Nixon

Halsman-Aldous-Huxley

Halsman-Peter-Ustinov

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