Hablar y dormir

¿Cuales son las causas, los significados y los porqués de hablar dormidos, dormidas o, simplemente, mientras roncamos a pierna suelta?

Escribir de algo relacionado con el sueño cuando lo que tienes es sueño es como ir a comprar comida cuando lo que quieres es comida. Por eso, quizá escriba este post dormido, en una nueva definición de somniloquio, que es lo que le pasa a uno cuando habla dormido. Pero… ¿cuales son las causas, los significados y los porqués de hablar dormidos, dormidas o, simplemente, mientras roncamos a pierna suelta?

Todo esto, como siempre, requiere su historia. Yo hablo dormido, ella habla dormida y la mayoría de nosotros, en ocasiones, balbuceamos frases inteligibles o deseos intangibles mientras soñamos. A eso, por tanto, se le llama somniloquio. El asunto es que eso, en realidad, no es nada. Es, como explican en un artículo de consultas.cuba.cu, un:

trastorno del sueño que se caracteriza por la emisión de palabras […] Podría incluir gritos, llantos y risas, relacionados con temas vividos recientemente, […] También se le conoce con el nombre de somniloquia, noctilalia y somnilocuismo.

Esto, en un primer lugar, aclara pero entorpece. Un trastorno del sueño puede ser una pesadilla. En cambio, esto, provoca una modificación externa al sueño, provoca una modificación de la conducta. Entonces, tirando, cómo no, de Wikipedia llegamos hasta la Parasomnia.

La parasomnia es un «trastorno de la conducta durante el sueño«, algo que se ajusta bastante más a lo que pasa cuando hablamos en sueños. Pero… ¿porqué puede modificarse nuestra conducta mientras soñamos, dormimos o, repito, reptamos en diagonal por nuestra inmensa cama, si la hubiere? Aquí el asunto se complica. Los motivos del porqué son variados pero, principalmente se puede resumir en estrés.

El problema es que, también, puede ser parte de un trastorno más curioso. Más «parasónmico». Más del estilo de andar dormido, gritar dormido o mearse dormido. Y aunque todas tengan su encanto, lo cierto es que cualquiera de esos tres trastornos supone un problema mucho mayor que relatar dormido la bronca con tu jefe.

Algunos de esos «trastornos» (más allá de mearse) incluyen el terror nocturno, el síndrome de alimentación (nocturna), el sexo del sueño, el rechinamiento de los dientes (servidor), trastornos del movimiento rítimico o, mi favorito ever, el síndrome de piernas inquietas. Para todo eso y mucho más, este documental que enlazo (si aún no es delito) del mismísimo YouTube.

Pd. Atención a la tipa que relata cómo, en una noche de parasomnias, descuartizó a su gato. Cui-da-di-to.